Luces de Bohemia
por Esther Ceballos
El grupo de teatro El Espejo celebra sus 25 años por la puerta grande este invierno. Lo hace representando una obra digna de tal aniversario, Luces de Bohemia, cuyo autor es, nada más y nada menos, el gran Ramón María del Valle-Inclán, dramaturgo de la generación del 98.
Esta obra, que inaugura el género teatral del esperpento, nos trasporta al Madrid bohemio y a la España decadente de finales del siglo XIX, cuando los artistas volvían al ambiente romántico, con aires de nostalgia e ideas de muerte. Los protagonistas se mueven por las calles del barrio de Lavapiés, interactuando con distintos personajes a lo largo de la historia. Max Estrella y su amigo Don Latino de Hispalis tienen discusiones filosóficas sobre la vida; sin embargo, nuestro protagonista acaba cayendo atormentado por la idea de suicidio, muy característica de este momento histórico.
Sobre Max Estrella se reflejan aspectos de la vida de Alejandro Sawa, poeta amigo del autor, e incluso el propio Valle-Inclán se desdobla en la personalidad del protagonista en muchos de los diálogos que mantiene con el resto de personajes, para dar voz a sus críticas de la España de la época.
Es una obra compleja, lo que supone un reto para los componentes de El Espejo, y por ello ha sido elegida, además de su importancia y grandiosidad, para el 25 aniversario del grupo teatral.
Este pequeño grupo de teatro, dirigido actualmente por Francisco Nestares, se dio a conocer con su primera representación de El Gran Teatro del Mundo, de Calderón de la Barca, tras la que han sucedido muchas otras, hasta el año que trascurre. La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca; La venganza de Don Mendo, de Pedro Muñoz Seca; Es mi hombre, de Carlos Arniches; y la doblemente representada Federica de Bramante, de Tono y Llopis, son algunas de las obras que se han llevado a cabo lo largo de estos 25 años. También se representa cada semana santa, en la Parroquia Santa María de la Esperanza, la Pasión de Cristo. Este año, se usará para la representación de Luces de Bohemia el salón de actos, cedido por el Colegio Valdeluz al que agradecemos enormemente y también aprovechamos para agradecer a la parroquia toda su colaboración.
Por el grupo de El Espejo ha pasado mucha gente; aunque algunos ya no están, muchos siguen desde sus inicios, y otros nuevos han ido llegando, habiendo un gran abanico de edades entre todos los componentes. En todas las ocasiones, ha sido Francisco Nestares el que ha estado en la dirección de La Pasión Viviente, y hoy en día también está a la cabeza de toda la agrupación teatral.
Y como él mismo dice: «El teatro es una actividad cultural que une generaciones, estatus sociales, y dada la responsabilidad que se asume hace madurar al ser humano y nos quita esa vergüenza innata que tenemos de hacer el ridículo».
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